Frutas frescas,
dulce el vino.
Telas blancas;
mantel fino.
¡Qué suaves melodías!
¡Qué recuerdos del momento!
Tu presencia entre nosotros nos llenaba de contento.
Pero erraste en tu partida.
Nos dejaste en el tormento;
cuando el dolor acechaba y soplaba fuerte el viento.
A tu regreso era tarde.
Al borde de la locura, desecho en amargo llanto
por aquel que amaste tanto.
Y luego: luz, infinito;
abrazos, caricias cantos.
Podías, luego lo hiciste,
por aquel que te amó tanto.
1 comentario:
y el puerto... pensé que ahora venía la saga de las vacaciones, bua, bua... odio la poesía no la entiendo... solo que de vez en cuando rima...
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