domingo, 2 de noviembre de 2008

Anhelo


¿Cómo no morir de anhelo?
¿Cómo resistir el fuego
que quema, abrasa y da miedo?

¿Cabe encerrar en un cuerpo
lo que llena el mundo entero?
¿Puede alquien soportar
el mirar tras de ese velo
que cubre la realidad?

Y si alguien ha levantado
de ese tapiz una esquina;
si alguien ha contemplado
la realidad que da vida,
¿acaso ha podido luego
seguir sereno su vida?

¿O habrá entonces desfallecido
al no poder sujetar
en su humilde inteligencia
tan pura felicidad?

Hubo quien de esa luz
fue un día deslumbrado.
Quedaron ciegos sus ojos,
sus miembros extenuados.
"Loco", decían algunos;
"Pobre desafortunado".
Murió joven, entregado;
murió de amor desbordado.

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